Vía Crucis para el soldado mexicano
INTRODUCCION
Acompañar a Jesús en el camino de la Cruz hacia la Muerte Redentora y acompañarlo en nuestros hermanos que sufren hoy, es una exigencia de solidaridad cristiana.
Jesús, identificado con nosotros, sigue sangrando en cada herida abierta en nuestro cuerpo o en nuestra alma.
En la inmensa pasión de la humanidad, somos cada uno víctima y verdugo a la vez. De mil maneras somos culpables en los martirios de nuestros hermanos. Ayúdanos Señor a reconocerlo, y a convertimos para que al final de esta Cuaresma, podamos resucitar contigo.
¡Es hora de despertar!
Esta Cuaresma debe dejar en nosotros una huella saludable de solidaridad en el dolor y de compromiso con el renacimiento de la paz.
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